Ana Cristina & Jose. La confianza del amor

3 Nov 2022 | SOCIEDAD

Se conocían desde siempre porque ambos eran del mismo pueblo. Jose era amigo de un primo de Ana Cristina y, al cabo de mucho tiempo, de pronto surgió la magia entre ellos. Ya han pasado más de 14 años y el primo que los unió acabó siendo el padrino de la boda el día más importante de sus vidas.

Aunque nunca lo habían hablado directamente, los dos sabían que querían dar el paso y significaba mucho para ellos. El día que Jose se decidió, le hizo la pregunta soñada con un bonito anillo de pedida y ella solo pudo responder “sí”. Apostaron por la confianza en ellos mismos para darse cuenta de que juntos pueden conseguir todo lo que se propongan:

“Estuvimos mucho tiempo creyendo que nosotros, por circunstancias personales, no podríamos casarnos… y al final lo hemos conseguido y ha sido maravilloso. Lo hemos disfrutado muchísimo y ahora estamos muy felices”.

La boda se celebró en el Complejo Fuente Taray, una finca muy especial para la pareja por ser el lugar de muchas celebraciones felices para ellos. Después del banquete, el baile y la barra libre se trasladaron a Villa Picayo, la casa de verano de la novia. “Queríamos acabar la fiesta en casa, ya habíamos hecho más celebraciones allí y nada podía ser más especial que este lugar”, señala Ana Cristina.

Ana Cristina lució vestido de Lucía de Miguel, alianzas de Inbur Joyeros y pendientes de Aristocrazy. El tocado era de Tiffany Tocados y los zapatos de Salo Madrid  El ramo, de Trastos Floristas. Para el peinado y el maquillaje confió en Paula Casanova Makeup. Jose lució traje, corbata, camisa y zapatos de Nico Ciudad Real. Completó su look con un reloj, regalo de Ana Cristina.

La madrina eligió para la ocasión vestido de Redondo Brand, zapatos de Salo Madrid y pendientes de Verbena Madrid. El padrino lució también un traje de Nico Ciudad Real. Los pajes vistieron de Andrea Milano 1932.

Melania Peinado, una amiga de la pareja que es diseñadora gráfica, fue la encargada de diseñar las invitaciones de la boda. La ceremonia la ofició una amiga de la pareja, Jessica, quien también les echó de una mano a la hora de organizar el propio acto. El alcalde de Fuente el Fresno, Teodoro Santos Escaso, amigo de la familia, fue el encargado de conducir la parte más solemne del acto.

Prado, amiga de ambos, fue la madrina. También tuvieron especial protagonismo en la ceremonia los padres de los dos contrayentes, que entraron con ellos en comitiva: “quisimos tener a nuestros padres al lado continuamente”. Durante la ceremonia, Luis Valerio, primo de Ana Cristina, tocó el saxofón junto a un pianista compañero suyo creando una atmósfera mágica.

“Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia fueron todas las palabras que nos dedicaron nuestros familiares y amigos. Recordar muchas cosas de las que nos dijeron nos hace volver a emocionarnos aún a día de hoy”.

Del reportaje fotográfico y el vídeo se encargaron, con exquisito gusto, Car y Sara de Caleidoscopia y Cinematempo, respectivamente. El cóctel y la cena corrieron a cargo de Catering Casa Pepe. Durante el cóctel un grupo de flamenco amenizó a los invitados, después entraron al banquete con la canción Beso a Beso, de Los Chicanos del Sur. Para el primer baile tenían reservada una de las canciones del año, sin duda, Ateo, de C. Tangana y Nathy Peluso y En el coche, de Aitana. La decoración floral, a base de eucalipto y flores silvestres, fue realizada por Trastos Floristas.

Para la pareja fue imborrable el momento en el que Ana Cristina y Jose regalaron el ramo a la abuela del novio. “También recordamos con mucho cariño el momento en que los niños de arras nos dieron un regalo que habían hecho ellos mismos”.

Durante el fin de fiesta en Villa Picayo la pareja pudo disfrutar junto a todos sus invitados de una velada mágica. Ellos mismos prepararon todos los rincones con mucho cariño, como el photocall, personalizado con un Chester y un neón con el hashtag de la boda: #besoabeso. Como detalles, a las chicas les regalaron un pinta labios y abanicos, y a los chicos una botellita de licor. Como broche final, los padres de Ana Cristina sorprendieron a la pareja con un regalo inesperado: un hermoso espectáculo de fuegos artificiales.

La luna de miel fue un inolvidable safari a Tanzania y Zanzíbar, organizado por Watatu Travel. “El viaje fue increíble, no pudo ser mejor. Fue magia y paz. El safari fue algo que nos encantó y repetiríamos un millón de veces. Acabar unos días en la playa fue ideal para recuperar pilas y descansar. No cambiaríamos nada”.

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