El rey Olaf V de Noruega y Marta de Suecia: una boda por amor

27 May 2022 | REALEZA

El Rey Olaf V de Noruega y la Princesa Marta de Suecia contrajeron matrimonio el 21 de marzo de 1929 en la que fue la primera boda real celebrada en Noruega en 340 años. Olaf era el único hijo del rey Haakon VII y de su esposa, la reina Maud. Marta también tenía sangre azul, era hija del príncipe sueco Carl y la princesa danesa Ingeborg.

Los novios eran primos hermanos, tenían la misma abuela: la reina Louise Josefina Eugenia de Dinamarca. Esto supuso que los dos se vieran múltiples veces a lo largo de su infancia. Pero, no fue hasta más entrada la madurez que surgió el flechazo. Durante los años 20, los dos jóvenes empezaron a coincidir más y fue solo cuestión de tiempo hasta que empezaron su relación.

El anuncio del compromiso de Olaf V de Noruega y la Princesa Marta de Suecia fue muy bien recibido por el pueblo, que lo vio como el final de las tensiones después de la disolución de la unión de Noruega y Suecia en 1905. La boda reunió a múltiples miembros de casas reales de todo el mundo, numerosos primos y tíos. Además, las multitudes salieron a la calle para celebrar la unión.

Olaf V de Noruega y Marta de Suecia: Una boda por amor

El rey Olaf V de Noruega y Marta de Suecia se casaron en 1929 después de algunos años de noviazgo.

Durante los años 20, se despertó un interés mutuo entre Olaf y Marta. Esta boda era la primera que se iba a celebrar desde que el rey escocés Jacobo VI viajó a Oslo para casarse con la princesa danesa Ana, en 1602.

En la boda asistieron muchas personalidades importantes de distintas casas reales europeas.

El compromiso entre Olaf V de Noruega y Marta de Suecia se celebró en secreto en 1928, durante los Juegos Olímpicos de Verano en Ámsterdam, y la boda tuvo lugar un año más tarde. Fue en la Catedral del Salvador de Oslo, cosa que produjo algunas críticas entre la sociedad porque no se había celebrado en la tierra de la novia.

La boda se celebró en la Catedral del Salvador de Oslo. © Cordon Press / Bettmann

Por eso, tanto la princesa Marta como el príncipe Olaf se esforzaron en fortalecer los lazos entre la monarquía y el pueblo noruego, así como también con países extranjeros. La familia real noruega mantenía muy buena relación con la familia real británica, de hecho, el príncipe Alberto de Inglaterra, primo de Olaf, fue el padrino de la boda.

Olaf V de Noruega y Marta de Suecia viajaron a otros países, como Estados Unidos, donde desarrollaron una muy buena relación con el presidente Franklin Delano Roosevelt y su esposa, Eleanor Roosevelt. Se conocieron durante una extensa gira que Olaf y Marta celebraron durante el verano de 1939. Los Roosevelt solían invitar a la pareja a la Casa Blanca muy a menudo, tanto para los actos públicos como para los privados.

Tanto el Rey Olaf V de Noruega como Marta de Suecia establecieron una muy buena relación con el presidente de los Estados Unidos. © Cordon Press / Bettmann

Una familia ejemplar

Después de su boda, Olaf V de Noruega y Marta de Suecia se instalaron en el palacio de Skaugum, un regalo de bodas. En 1930, el edificio principal se destruyó a causa de un incendio y la Princesa Marta participó activamente en la planificación de la nueva instalación.

Fue en este palacio donde nacieron los tres hijos del matrimonio. En 1930, nació la princesa Ragnhild, que falleció en 2012. Dos años más tarde, tuvo lugar el nacimiento de la princesa Astrid y, finalmente, en 1937, nació el actual rey de Noruega, el príncipe Harald.

La pareja tuvo tres hijos. © Cordon Press / Bettmann

Muy pronto, Marta se convirtió en uno de los miembros favoritos de la familia real y ganó mucha popularidad entre la sociedad noruega. La princesa desarrolló una vida pública muy activa, dando discursos públicos en un momento en el que eso era muy inusual para las mujeres. Tenía un carácter muy abierto y cercano y fue una madre muy amorosa y cariñosa.

Marta de Suecia se ganó el cariño del pueblo noruego rápidamente. © Cordon Press / Bettmann

La segunda guerra mundial y los problemas en la familia

El matrimonio vivía una feliz y tranquila vida junto a sus tres hijos hasta que llegó la Segunda Guerra Mundial. La amenaza de la llegada de los nazis a Noruega supuso un punto de inflexión para la familia, que se vio obligada a separarse durante años.

En 1940, con la entrada de los nazis a Noruega, el rey Olaf V de Noruega decidió quedarse para servir a su país y, así, asegurar la monarquía noruega. Aún así, viajaba a menudo a Inglaterra con su madre y, finalmente, se instaló en Londres junto a su padre.

La Seguna Guerra Mundial truncó la felicidad de la familia. © Cordon Press / Bettmann

La princesa Marta de Suecia, en cambio, huyó primero hacia su país natal con sus tres hijos, aunque no fue muy bien recibida. Los suecos temían que la presencia de la princesa heredera pusiera en peligro su declarada neutralidad. Finalmente, el 12 de agosto de 1940, Marta y sus hijos se marcharon a Estados Unidos gracias a una invitación del presidente Franklin D. Roosevelt.

Su gran amistad con los Roosevelt permitió a Marta de Suecia instalarse en Estados Unidos confortablemente. Desde allí, trabajó incansablemente para promover los intereses noruegos. Participó en varias actividades, desde visitas oficiales donde daba conferencias y discursos hasta ayudar en operaciones de socorro para los refugiados.

En 1942, la familia se pudo reunir en Washington durante unos días y no fue hasta 1944 que pudieron repetir el encuentro en Canadá. Finalmente, el 7 de junio de 1945, se proclamó la liberación de Boruega y pudieron volver todos a Noruega. Marta ganó mucha popularidad y fue ella quien dio los discursos oficiales de Nochevieja en 1946 y 1950.

Su carácter carismático y su actitud frente a la guerra, les ganaron al Rey Olaf V de Noruega y a Marta de Suecia una muy buena reputación entre el pueblo. Su matrimonio fue celebrado no solo el día de su boda, sino durante todos los años posteriores.

Marta de Suecia se instaló, junto a sus hijos, en Estados Unidos. © Cordon Press / Bettmann

Durante los años que duró la guerra, Marta de Suecia tuvo que permanecer en Estados Unidos bajo la protección del presidente Franklin D. Roosevelt. © Cordon Press / Bettmann

La familia pudo reencontrarse en muy pocas ocasiones y tardaron años en poder volver a Noruega. © Cordon Press / Bettmann

Al volver a Noruega, fueron recibidos con los brazos abiertos por el pueblo. © Cordon Press / Bettmann

Noviazgos secretos: Un “The Crown” a la noruega

Ya en su día, la gran amistad entre Marta de Suecia y el presidente de los Estados Unidos dio mucho de que hablar. Ahora, la televisión pública noruega estrena Atlantic Crossing, una serie estilo The Crown que aborda la vida de la princesa durante su exilio al continente americano. Aunque es cierto que no se sabe si Marta de Suecia mantuvo alguna relación amorosa con el presidente Roosevelt, los rumores circulan desde hace años.

El carácter carismático de Marta pronto cautivó tanto a Franklin D. Roosevelt como a su mujer, Eleanor Roosevelt. En 1941, el periodista Walter Trohan publicó en el diario Chicago Tribune que Marta de Suecia era “la gran favorita del presidente”. Asimismo, en sus memorias, el redactor escribía que Marta influyó en la política estadounidense gracias a su buena relación con el presidente y que, además, la princesa heredera visitaba la casa de campo del presidente cada fin de semana sin estar en la lista de invitados.

Varios historiadores han apuntado que es posible que existiera una relación amorosa entre Marta de Suecia y el presidente Franklin D. Roosevelt, pero otros expertos en la temática afirman que no hay ninguna prueba que demuestre estas informaciones. En Noruega, Atlantic Crossing ha despertado debates y han sido acusados de falsificar y exagerar informaciones para hacer más entretenido el argumento.

La serie Atlantic Crossing ya está dando mucho de que hablar en Noruega. © Cordon Press / Bettmann

Sin lugar a dudas, la relación entre el presidente Franklin D. Roosevelt y Marta de Suecia fue muy especial. © Cordon Press / Bettmann

Varios historiadores han apuntado que es posible que existiera una relación amorosa entre Marta de Suecia y el presidente Franklin D. Roosevelt, pero otros expertos en la temática afirman que no hay ninguna prueba que demuestre estas informaciones. En Noruega, Atlantic Crossing ha despertado debates y han sido acusados de falsificar y exagerar informaciones para hacer más entretenido el argumento.

La vida de Marta de Suecia es perfecta para crear una serie al más puro estilo The Crown. © Cordon Press / Bettmann

Para evitar las críticas, la cadena responsable de la serie emite después de cada episodio un informe en su página web con artículos de verificación para que la población pueda distinguir entre la ficción y la realidad. Tanto productores como guionistas han aceptado que hay hechos que ocurren en la serie que no tuvieron lugar en la vida real. Al final, no hay que olvidar que Atlantic Crossing es una serie inspirada en la vida de Marta de Suecia durante su exilio a Estados Unidos, pero es ficción.

Aunque Marta de Suecia hizo grandes esfuerzos para beneficiar a Noruega desde el exilio, no se puede afirmar que ella tuvo un papel definitorio en las decisiones del presidente Roosevelt. Sí que es cierto que participó activamente e hizo muchas cosas por su país, ganándose la simpatía de Roosevelt, pero lo que pasó hace 80 años no se sabe con certeza.

La serie ya se ha estrenado en Noruega y ha causado varios debates. © Cordon Press / Bettmann

Olaf V de Noruega y Marta de Suecia, los príncipes queridos

Pese a los rumores que, ya en su momento, involucraron a la princesa Marta de Suecia con el presidente Roosevelt, tanto su marido como la sociedad noruega la recibieron con los brazos abiertos una vez terminó la guerra.

Aunque fueron solo unos años de felicidad hasta 1954. Marta de Suecia padecía cáncer de hígado y, el 5 de abril de ese mismo año, la princesa falleció. Fue un gran golpe tanto para su familia como para el pueblo. Tres años después, Olaf V de Noruega fue coronado como rey tras la muerte de su padre y lo hizo sin reina, tal y como permaneció los siguientes 34 años hasta su fallecimiento.

En 2005, se inauguró una estatua de la princesa Marta en la embajada noruega en Washington. Un símbolo de la importancia de su figura entre toda la sociedad de su país, así como también una muestra de admiración por parte de Estados Unidos.

El Rey Olaf V de Noruega y Marta de Suecia vivieron un matrimonio feliz, pese a los rumores. © Cordon Press / Bettmann

La estatua de Marta de Suecia en la embajada noruega en Washington. © Cordon Press / Bettmann

Su familia en la actualidad

Harald V de Noruega, actual rey de Noruega, es el hijo menor de Olaf V de Noruega y Marta de Suecia. © Cordon Press / Bettmann

El rey Olaf V de Noruega y la princesa Marta de Suecia tuvieron tres hijos. Aunque Harald V de Noruega fuera el menor de los tres, por ser hombre se convirtió en el príncipe heredero de su padre.

Olaf V enfermó en 1990 y Harald tuvo que desempeñar la regencia hasta junio de 1991, cuando su padre murió y este fue nombrado inmediatamente como rey de Noruega. Es el primer rey moderno nacido en Noruega, ya que su abuelo nació en Dinamarca y su padre en Inglaterra.

Se casó con Sonja Haraldsen, actual reina consorte de Noruega. Después de años de lucha contra la oposición de su padre al matrimonio con Sonja, ya que era una plebeya, Olaf V dio el visto bueno al enlace. Tuvieron dos hijos, la princesa Marta Luisa de Noruega y el príncipe heredero Haakon Magnus de Noruega.

La hija mediana del príncipe Olaf V de Noruega, la princesa Astrid, también obtuvo mucho protagonismo. Desde 1957, durante los primeros años del reinado de su padre, tuvo que asistir a los actos oficiales como primera dama, ya que su madre, Marta de Suecia, había fallecido. Su hermana mayor, Ragnhild, se había distanciado de la familia ya que se había casado con un no noble.

Astrid se casó con el medallista olímpico Johan Martin Ferrer, por lo que perdió el tratamiento de Su Alteza Real, su posición como primera dama y el derecho en la sucesión al trono noruego, aunque mantuvo su lugar dentro de la familia real noruega. Además, en 2002 el Gobierno le otorgó una pensión honoraria por todos sus esfuerzos en nombre de Noruega y durante y después de sus años como primera dama.

La princesa Ragnhild se casó con un no noble, el que fue su guardaespaldas Erling Sven Lorentzen. Ragnhild perdió el tratamiento de Su Alteza Real así como también su asignación económica. Después de la boda decidieron trasladarse temporalmente a Rio de Janeiro, aunque, al final, acabó convirtiéndose en su residencia permanente.

Harald V de Noruega y Sonja Haraldsen el día de su boda. © Cordon Press / Bettmann

La Princesa Ragnhild, la Princesa Astrid y el Rey Harald V de Noruega. © Cordon Press / Bettmann

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