María Francisca: “Sé perfectamente que va a ser espectacular, Luzia y su sobrina, Catarina, además de ser muy amables, hacen un trabajo maravilloso y tengo plena confianza en ellas. Mi padre no me dejaría que fuese otro diseñador. En la boda todo tiene que ser nacional. De hecho, serán dos, uno de estilo principesco con cola y velo para la ceremonia y otro para la fiesta nocturna”
La novia ya ha decidido muchos detalles de su estilo nupcial: llevará unos pendientes heredados de su madre y de su abuela, una pulsera real prestada y, siguiendo la tradición de las novias reales, una tiara. En este caso, optará por la corona de la reina Amelia, la misma que llevó su madre en su boda. En cuanto al ramo, aún no se ha tomado una decisión final. A la novia le encantan las hortensias, pero su madre teme que no duren en buen estado durante la ceremonia. Lo que sí está confirmado es que, una vez concluida la boda, la infanta ofrecerá el bouquet nupcial a Nuestra Señora de la Soledad en la Basílica de Mafra.
Las festividades darán inicio el día previo a la boda, el 6 de octubre, con una serie de actividades diseñadas para recibir a los miembros de otras casas reales y mostrarles la vibrante cultura portuguesa. Se espera que la boda no solo sea un testimonio del amor entre María Francisca y Duarte, sino también una celebración de la rica herencia y tradiciones de Portugal.
Maria Francisca: “Queremos hacer una especie de festival para mostrar nuestra cultura, en un ambiente más relajado, con rancho, bacalao, huevos con farinheira … todavía no está cerrado”.
La gastronomía, siempre un elemento esencial en cualquier celebración portuguesa, será exquisitamente representada por el chef Hélio Loureiro que servirá a los cientos de invitados que presenciarán la boda una carta repleta de delicias portuguesas: bisaro de cerdo de Bragança, ternera barrosã de Boticas con castañas, boniatos y setas, lubina, sepia frita, ostras de la Ría deEn la carta aparecerán Aveiro, pasteles de bacalao, croquetas, pera–rocha, manzana de Alcobaça, queijadas de Sintra y queijadinhas de São Gonçalo.
Con los ojos del mundo puestos en ellos, se espera la asistencia de más de 1,200 invitados, incluyendo personalidades del ámbito político, social y, por supuesto, miembros de la realeza europea.
Un evento que promete ser una mezcla emocionante de tradición, elegancia y festividad. Y mientras el día se acerca, solo podemos desear a la pareja un futuro lleno de amor, alegría y momentos inolvidables.