Fátima & Vicente. Como un cuadro de Sorolla

10 Nov 2022 | SOCIEDAD

Eligieron el Gran Hotel La Toja para celebrar su enlace. Este acogedor remanso de paz en el corazón las Rías Baixas, rodeado de un paraje natural incomparable, era el enclave perfecto para celebrar su amor. Como anécdota, la pareja recuerda que disfrutaron de unos bonitos días en la isla el primer verano que pasaron juntos.

El Gran Hotel La Toja es, además, un lugar muy especial para Fátima, ya que son muchos los recuerdos de su infancia en él, con su familia y sus amigos, en fiestas y vacaciones. Vicente, a pesar de ser asturiano, también se había alojado allí con su familia en alguna ocasión. Así que para todos era un sitio especial, sinónimo de paz y de celebración. Sin duda, el mejor telón de fondo para una boda de película.

De la fotografía, un aspecto al que la pareja daba especial importancia, se encargó Rosa Taboada, de Martela Films. Los novios buscaban sinceridad, frescura, belleza y un aire casi artístico en la fotografía de su boda. Una idea que fue captada y plasmada a la perfección gracias al buen hacer de las fotógrafas Rosa y Susana. Sin duda, la Isla de la Toja era el marco idóneo para un reportaje de esencia natural y atlántica. El resultado es un trabajo gráfico que —en palabras de la mejor amiga de la novia— “parece un cuadro de Sorolla”.

El vestido de la novia era de Helena Mareque. A diferencia de otras novias, Fátima llegó al atelier sin una idea clara de cómo sería su vestido, pero Helena supo captar su estilo desde la primera visita al taller. Lo que cautivó a la novia fue el modo de crear el traje, desde una visión de conjunto en lugar de ir uniendo diferentes piezas como si fuera un puzzle. En la primera toma de contacto, Fátima se probó una opción recomendada por las especialistas del taller, que le gustó desde el primer momento. A partir de ahí, fueron construyendo un estilo con el que ella se sentiera identificada, hasta llegar al modelo definitivo, que la enamoró por completo.

La visión práctica, sencilla y minimalista de Helena, junto a su exquisita atención al detalle, son una delicia para cualquier amante de la elegancia. Su sentido de la estética, que aúna imaginación y buen gusto, así como una acertada inspiración derivada de su vasta formación y su profundo conocimiento de la moda y los tejidos, encajó a la perfección con las expectativas de la novia y, cuando eso ocurre, es inevitable que se produzca la magia

 

Los pendientes de Fátima fueron ese “algo prestado” que toda novia debe llevar el día de su boda. Los zapatos, de Valentino, completaban el look aportando el toque azul. Para el peinado y el maquillaje confió en Muchi y María, de Acosta Peluqueros, su peluquería de confianza.

El novio lució traje de Arsenio Suárez. Su acompañante, la madrina, vistió de Marcos Luengo. La boda la ofició un amigo de la familia, el párroco Alberto Domínguez de Munáiz. Para la música del baile y para amenizar la fiesta contrataron a R Música Djs.

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