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Félix de Luxemburgo y Claire Lademacher, la romántica boda francesa que enamoró al mundo

21 Sep 2022 | REALEZA

En el día del noveno aniversario de boda del príncipe Félix de Luxemburgo y Claire Lademacher, repasamos cómo fue una de las bodas más románticas de la realeza europea del último siglo.

Claire Lademacher -heredera de una millonaria fortuna familiar- tenía catorce años cuando se vio por primera vez con el joven príncipe Félix de Luxemburgo. Todo ocurrió durante sus días como estudiantes en el internado Beau Soleil, una escuela de élite en Villars-sur-Ollon (Suiza). Aunque no fue hasta su reencuentro en el Pontificio Ateneo Regina Apostulorum de Roma cuando la joven pareja empezó su noviazgo.

Nacida un 21 de marzo de 1985, Claire Margareta es la hija de Harmut Lademacher, un rico empresario alemán conocido por ser el fundador de la empresa de telecomunicaciones LHS Telekommunikation (hoy parte de Ericsson). Desde pequeña se mostró intrépida e independiente y, al contrario de lo habitual entre su clase social, sus padres le brindaron una gran libertad de movimientos, lo que fomentó que forjara su propia historia, su propio destino. Un destino que la llevaría a Suiza para estudiar en el prestigioso internado International Alpin Beau Soleil donde, también, estudiaron otros jóvenes de la realeza -como Pierre Casiraghi– y donde conocería al joven príncipe Félix.

felix y claire acto

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felix de luxemburgo

Félix, por su parte, es el segundo hijo del gran duque Enrique y de la gran duquesa María Teresa, posee el título de Príncipe de Luxemburgo y es el tercero en la línea de sucesión al trono. Heredero de la belleza su madre (cubana de nacimiento y miembro de una acaudalada familia de la alta sociedad del país), es considerado uno de los royals más sexis del mundo según una lista elaborada por la revista People.

Pero, además de un gran carisma, el príncipe de Luxemburgo puede presumir de una carrera brillante que culminó orientando su camino profesional hacia la bioética, tras licenciarse en Marketing y Relaciones Públicas. Fue en la universidad donde, precisamente, se reencontró con su antigua compañera de pupitre y futura esposa. Ambos estaban en Roma para especializarse en los campos que les apasionaban. Fue entonces cuando esta amistad adolescente se convirtió en un discretísimo noviazgo que se prolongó durante una década. Hasta que, en diciembre de 2012, la Casa Gran Ducal de Luxemburgo anunció su compromiso matrimonial en una rueda de prensa.

foto familia casa de luxemburgo

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Y así, el 21 de septiembre de 2013, la pequeña ciudad de Saint-Maximin-la-Sainte-Baume amaneció engalanada para el gran día de los jóvenes príncipes. La ceremonia se desarrolló en la emblemática basílica de Sainte-Marie-Madeleine, de casi 1.000 años de antigüedad y objeto de una gran veneración por fieles de todo el mundo. El lugar no fue escogido por casualidad. Tal y como apuntaba meses antes del enlace la propia princesa, se trataba de una ubicación escogida por su significado para ellos.

“Ambos tenemos maravillosos recuerdos de las vacaciones de verano que pasamos en el sur de Francia, ya sea en la propiedad de mis padres, cerca de Lorgues, o en casa de mis futuros suegros en Cabasson, juntos, pero también con nuestras respectivas familias y amigos. La idea de casarnos en Provenza surgió de forma natural dado que queríamos prolongar estos preciosos momentos con nuestros seres queridos”.

ceremonia felix luxemburgo

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posado boda felix luxemburgo

El momento más especial fue la llegada de la novia. Con gran puntualidad, a las once en punto de la mañana, Claire llegaba del brazo de su padre y padrino, Hartmut Lademacher. Fue entonces cuando se desveló el secreto mejor guardado de toda boda: el vestido de la novia. Este era un sueño de seda y encaje de chantillí firmado por Elie Saab, la misma casa de costura responsable del traje de novia de su cuñada Stephanie.

El velo, de gran longitud y textura vaporosa, estaba sujeto a una diadema floral de diamantes de mediados del siglo XIX, propiedad de la familia gran ducal. Una joya muy especial que la gran duquesa María Teresa había usado en más de una ocasión, sobre todo al principio de su matrimonio.

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En una emocionante combinación de alemán y francés, los novios se dieron el sí y se convirtieron en marido y mujer ante la atenta mirada de todos sus invitados. “Claire, ¿quieres convertirte en mi esposa?”, preguntó el príncipe Félix. “Sí, quiero. Y tú, Félix, ¿quieres convertirte en mi esposo?”, respondió nerviosa la novia. “Sí, quiero”, contestó rotundo. “Félix, te reconozco como mi esposo y me entrego a tií. Claire, te tomo como mi esposa y me entrego a ti”.

Tras la ceremonia, en la que actuó el coro Pueri Cantores de niños y la Orquesta de Cámara del Conservatorio de la Ciudad de Luxemburgo la feliz pareja abandonó la iglesia tomada de la mano y emocionó al pueblo que los aclamaba dándose un romántico beso. Después se dirigieron al Real Convento de Saint-Maximin, donde se celebró un banquete en su honor con casi 400 invitados.

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foto actualidad felix de luxemburgo

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Tras su boda, los príncipes se trasladaron al Château de Les Crostes, un castillo situado en la Provenza propiedad de la familia de la princesa, donde dirigen una producción vitivinícola. Hace tres años, fundaron con un matrimonio amigo Young Empire, una firma de moda y decoración para familias jóvenes, lo que ha permitido que Clara retome su experiencia en el mundo de la publicidad de moda e incluso ejerza como modelo.

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