“La pasión es la diferencia entre tener un trabajo y tener una carrera.” Steve Jobs.

«Mi esposo y yo nos reíamos todo el rato de mi fama. No estoy haciendo nada diferente de lo que hacía hace setenta años, pero de repente soy muy cool y estoy de moda. Ahora me encuentro con montones de revistas, sobre todo europeas, que están escribiendo sobre mí», bromeaba hace unos años la mujer que llegó a asesorar a nueve presidentes de Estados Unidos en calidad de interiorista.

DESCUBRIENDO A…

I

ris Barrel Apfel, la neoyorquina nacida el 29 de agosto 1921, siempre fue una exploradora innata. Sus tardes de jueves se convertían en una búsqueda incansable de tesoros ocultos en los rincones más inesperados de Manhattan. De esas aventuras surgió su amor por lo vintage y su agudo ojo para encontrar belleza en lo olvidado. Formada en Historia del Arte y con una madre que le inculcó el amor por la moda, Iris se adentró en el mundo del diseño.

La unión con Carl, su esposo, en 1948, marcó el inicio de una fructífera colaboración. Juntos fundaron Old World Weavers, una empresa que les permitió cultivar su amor por los textiles y los viajes. Atravesando continentes, rastrearon telas antiguas para satisfacer las demandas de una clientela en constante crecimiento, entre los que se encontraban nombres tan prestigiosos como Estée Lauder y Greta Garbo.

De este modo, construyó un imperio en el ámbito de la decoración, colaborando con nueve presidentes estadounidenses y dejando su huella en la Casa Blanca durante décadas, al transformar sus espacios en verdaderas obras de arte donde combinaba piezas antiguas con elementos modernos.

El apartamento de los Apfel era una extensión de su alma: ecléctico, vibrante y lleno de sorpresas. Cada rincón de este espacio, situado encima de su tienda de gafas, contaba una historia. Todo estaba cuidadosamente seleccionado para reflejar su personalidad única. Las joyas de Madame Gripoix, los diseños de Antonio Castillo y Gerard Pipart, y las fotografías de Eric Boman se unían para crear un retrato visual de una mujer que desafiaba las convenciones y celebraba la individualidad.

A los ochenta y cuatro años, una llamada telefónica transformó su vida. El comisario del MET, Harold Koda, la invitó a crear una exposición única a partir de su ecléctica colección de accesorios. La exposición fue un rotundo éxito, catapultándola a la fama internacional.

La pérdida de Carl, el 1 de agosto de 2015, pocos días antes de que cumpliera ciento un años y tras sesenta y cinco años de matrimonio, fue un golpe durísimo. Sin embargo, Iris demostró una vez más su fortaleza y espíritu indomable. Decidió transformar el dolor en creatividad, sumergiéndose por completo en una nueva etapa como diseñadora y modelo, inspirando a millones con su estilo único y energía contagiosa.

La audacia de Iris al mezclar lo vintage con lo contemporáneo, y lo caro con lo barato, cautivó al público y a la crítica. Su estilo irreverente y su personalidad magnética la convirtieron en un icono de la moda, inspirando a millones de personas a abrazar su individualidad.

Su pasión por los zocos y mercadillos la llevaban a encontrar verdaderos tesoros. Entre montañas de objetos olvidados, descubría joyas y prendas únicas que luego transformaba en looks inolvidables. Su estilo ecléctico y su amor por mezclar lo antiguo con lo nuevo la convirtieron en una verdadera pionera de la moda.

Más allá de ser un icono de estilo, Iris Apfel es una empresaria nata. Sus colaboraciones con marcas como MAC Cosmetics son un testimonio de su visión empresarial. Al lanzar su propia línea de bolsos, Extinctions, Iris demostró su capacidad para crear productos únicos y deseables, consolidando aún más su estatus como una fuerza a tener en cuenta en la industria de la moda.

Con su inconfundible estilo—cabello blanco, labios rojos, gafas de pasta y accesorios XXL— la “estrella geriátrica” y “la adolescente viva más vieja del mundo,” como se autodenominaba, falleció el 1 de marzo de 2024 a los ciento dos años, convirtiendo su figura en sinónimo de estilo, originalidad y atrevimiento, demostrando que la edad es solo un número y que la moda no tiene edad.

El legado de Iris Apfel trasciende las pasarelas. Su vida nos recuerda que la moda es un lenguaje universal que nos permite conectar con los demás y expresar nuestra esencia más profunda. Al desafiar los estándares y celebrar la diversidad, Iris se convirtió en un icono que inspirará a generaciones futuras.

La sinergia creativa de Iris y Carl Apfel los convirtió en una fuerza imparable en el mundo de la moda y el diseño.

¿Te gustaría que contáramos tu boda? ¡Escríbenos!