Jane & Conor. ‘One kiss is all it takes’ (un beso es todo lo que hace falta)

12 Ene 2023 | SOCIEDAD

Los romances que se originan en el trabajo a menudo suelen estar cargados de anécdotas y amor en secreto. Así comienza la historia de Jane y Conor allá por el 2018: con un inicio en común en un nuevo puesto de trabajo. Al principio pensaban que nadie lo sabía, pero, en realidad, era un secreto a voces.

 

T ras varios años de relación decidieron dar el paso, “porque nos queremos”, apuntan. Conor le propuso matrimonio a Jane en una playa de Cádiz de la manera más original: ¡con un anillo de caramelo! “Esa tarde lo celebramos en la playa”. De vuelta en Madrid, eligieron juntos el anillo de compromiso de Jane en una joyería vintage, lo que lo hace único. La pareja se casó oficialmente el día anterior a la fecha fijada en las invitaciones, en el Ayuntamiento de Valladolid, junto a la familia más cercana. Al día siguiente lo celebraron con el resto de los invitados en el espectacular Hotel Boutique Fuente Aceña.

Jane lució un vestido de Luis Infantes, un dos piezas que le permitió adaptarse a los diferentes momentos de la jornada. Lo completó con zapatos Jimmy Choo y ramo de La Vieja Olma Floristería. Las alianzas eran de Magee Jewellery, una buena amiga de la novia y, tal y como ella misma destaca, “una joyera con mucho talento”. Los pendientes eran de Butterslip Kilkenny, una tienda de la localidad irlandesa natal de Jane. Por la noche, le dio un giro al look beauty con un precioso lazo de Sister Jane. Del peinado y maquillaje se encargó Sorcha, una amiga de la novia que también peinó a su madre y hermana. Jane decidió maquillarse ella misma para la ocasión.

El traje y corbata de Conor eran de Suit Supply Madrid, la camisa de Paul’s Kilkenny y los zapatos de Geox vía Yoox. Los gemelos eran de su padre y llevaban grabada la frase I love you. Además, completó su outfit con detalle muy especial: un reloj de bolsillo, propiedad de su bisabuelo, que data de principios del siglo XX.

Siguiendo las tradiciones irlandesas, Jane llevó a su hermana Amy como dama de honor, quien escogió un vestido naranja de Maje y zapatos de Lodi. Los hermanos de Conor, Joey y Garret, iban con camisas de lino verde y pantalones color crema. Las damitas eran dos sobrinas del novio y lucieron trajes de Zara.

Las invitaciones surgieron de un modo muy anecdótico, el año pasado la pareja estuvo en cuarentena durante la Navidad:

“Bebimos vino y decidimos que sería un gran momento para hacer nuestras invitaciones. Tras remojar papel reciclado en agua, hicimos 60 invitaciones en el suelo del baño. El proceso fue muy divertido, nos reímos mucho y, para nuestra sorpresa, ¡quedaron muy bien!”.

Después, Isi, amiga de la pareja, dibujó un oso (símbolo de Madrid) tocando el arpa (símbolo de Irlanda) que imprimieron en papel vegetal y adjuntaron a la invitación con un lazo. La boda la ofició Ciaran, “un buen amigo”. Dan, el primo de Jane, tocó la flauta irlandesa y también hubo lecturas de tres amigos cercanos: Paul, Hazel e Isi. Cada uno de los novios llegó al altar acompañado por su madre “no es algo usual pero sí muy especial para nosotros”, recuerdan. El banquete discurrió en el mismo lugar, con un largo cocktail y platos de lubina y secreto ibérico en mesa, tras los que llegaron los postres y cafés. De la decoración se encargó La Vieja Olma Floristería.

“Queríamos algo muy sencillo. Elegimos claveles en rosa empolvado, flor de cera y mucho olivo. También decoramos con chiles secos y limones en rodajas”.

En cuanto a la música, amenizaron la fiesta un DJ y una banda. Jorge, el DJ, organizó todo el sonido para el día y la noche: “no dejamos la pista de baile”. Sonó música irlandesa y española. EasilyLed actuó en directo, “fueron increíbles; una banda después de la cena es muy tradicional en Irlanda. A los dos nos encanta la música, así que era importante para nosotros que sonara en vivo”. Para entrar al banquete eligieron la canción de Played a Live, de The Bongo Song. El baile lo abrieron con Are you ready, de Elton John.

Como detalles para los invitados, dado que la madre de Conor es ceramista, ofrecieron unas preciosas piezas con forma de corazón con los nombres de la pareja grabados junto a la frase Crazy in Love. Los novios se quedaron entusiasmados con la calidad de las fotografías realizadas por Caleidoscopia:

“Cuentan la historia completa del día y las guardaremos como un tesoro para recordarlo. Las imágenes son muy sinceras y muestran a todo el mundo feliz en ellas”.

Lo más difícil de organizar confiesan que fue la logística, “llevar a gente de todos los rincones del mundo a Valladolid, fue muy complicado. Tuvimos amigos y familiares que vinieron desde Nueva York, California, Sydney, Melbourne, Escocia, Berlín, Gales, Inglaterra e Irlanda” apuntan.Para la luna de miel escogieron un destino diferente:

“Fuimos a Perú. Fue una gran aventura y no el típico destino de viaje. Conor organizó la mayor parte con recomendaciones útiles de amigos. Recomendaríamos totalmente Perú a cualquiera. La gente es muy amable, la comida es increíble y ofrece de todo, selva, montañas, ciudad y mar. ¡La selva fue nuestra favorita!”.

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