La boda de Beatriz & Alfonso en Cantabria

26 Ene 2022 | SOCIEDAD

Beatriz y Alfonso se conocieron seis años atrás, cuando el trabajo los hizo coincidir. Cinco años después, cuando la gran nevada en Madrid producida por la borrasca Filomena estaba comenzando, Alfonso le pediría a Beatriz que se casase con él.

Beatriz le había regalado a Alfonso por Navidad una cena que celebraron en casa de este. Una vez acabados los postres, el anillo de Joyería Suárez, que llevaba un mes atesorando Alfonso, por fin pudo ocupar el sitio que le correspondía, la mano de su ya prometida, Beatriz. Deseando poder contar la futura boda a sus familias, la nevada les hizo esperar cuatro días para poder salir de casa de Alfonso y dar las buenas noticias a sus seres queridos. Cuatro días de emociones contenidas que seguro no olvidarán nunca.

La boda en Cantabria se celebró el 16 de octubre de 2021, en Noja, lugar de donde es oriunda la familia de Alfonso, mientras, gran parte de la familia de Beatriz es de origen andaluz. El encanto del norte en este caso tenía conquistada a la novia. “Tuve que convencer a mi familia para celebrar la boda en el norte”, nos dice Beatriz entre risas, “Estoy completamente enamorada de Santander. Nunca dudé en hacerla ahí”, confiesa.

LOS PREPARATIVOS DE LA BODA

La semana previa a la boda, tanto Beatriz como su familia decidieron pasarla en Cantabria, preparándose para el gran día. Para hacerlo, escogieron un lugar donde poder sentirse como en casa, la Hostería el Rincón de Escalante, una preciosa casa de labranza típica de la zona que, además de estar cerca del domicilio de Alfonso, está situada en plena naturaleza, el idílico entorno del Parque Natural de la Sierra de Baranda. Allí se alojó toda la familia de Beatriz, padres y hermanas, así como su mejor amiga junto con su marido. Este fue también el lugar elegido para arreglarse el mismo día de la boda en Cantabria.

Para hacerlo, Beatriz se puso un fabuloso camisón antiguo que había utilizado su abuela el día de su boda y que esta le regaló. Se trataba de un precioso camisón de seda en tono blanco roto con unas increíbles incrustaciones de encaje, bordado por las monjas de un convento de Sevilla. Sobre el camisón, una bata de novia. “La bata la diseñé hace unos años para llevarla, como abrigo, a la boda de una amiga. Nunca me la puse. Un día la vi en el armario y decidí estrenarla el día de la boda”, nos cuenta Beatriz.

Lo cierto es que la decisión no pudo ser más acertada, se trata de una magnífica bata de terciopelo en tono toffee, con cuello Mao y manga larga rematada con botones forrados. Su delicadeza y elegancia creaba un bonito contraste con el camisón vintage de la abuela de Beatriz.

EL VESTIDO DE NOVIA

El vestido de novia fue obra de la magnífica diseñadora Inés Lacasa. Con atención en Murcia y Madrid, a Inés Lacasa la costura, la pasión por la artesanía, el detalle y el saber hacer le viene de serie; nada más enriquecedor que vivirlo desde siempre a través, en este caso, de su madre y abuela. “Nunca me imaginé vestida de blanco. Quería algo sencillo, minimalista y que se pareciese más a un vestido de fiesta que a un vestido de novia tradicional” nos relata Beatriz y, con esa idea, comenzó la búsqueda de lo que sería el vestido de su gran día.

“Cuando conocí a Inés Lacasa, tuve una conexión súper especial con ella y supe que iba a plasmar al cien por cien mi estilo. Tuve un flechazo con el tejido que sacó en mi primera prueba”, recuerda Beatriz. Se trataba de un satén de seda sostenible en tono champagne con un brillo delicado y una caída espectacular. El precioso diseño fue un vestido de novia, al que el bonito tono champagne le da cierto aire de vestido de novia vintage, con escote en pico de efecto cruzado, manga larga con corona ligeramente abullonada y cola. En la espalda, escote en forma de uve cruzada. Destacan en la prenda los maravillosos elementos de punto artesanal en puños y asomando bajo la abertura de la falda.

“Tenía guardada, desde hace años, una foto de una modelo con un vestido crudo y un mantón de manila del mismo tono. Se la enseñé a Inés y dándole muchas vueltas a esa idea, nos propuso combinar el vestido con unos puños y falda de punto tejidas en seda y lino, con un bonito patrón de encaje hechos a mano por un artesano de Galicia”, nos cuenta la novia. “A mi madre, mis hermanas y a mí nos enamoró la idea”.

Completando el diseño, el fabuloso mantón de Manila que lo acompañó, una auténtica joya familiar, heredado por parte de la madre de Beatriz, de familia de origen andaluz. Según nos cuenta la novia, fue el destino, “Nos lo llevamos a una de las últimas pruebas y tuvimos la suerte de que era el tono exacto del vestido. El vestido, parecía sacado del mantón. Nos quedamos felices”. Un conjunto desde luego, impresionante, que no nos puede gustar más y con el que Beatriz no pudo estar más contenta, en sus propias palabras “El resultado fue espectacular. Una obra de arte, artesanía pura. Consiguió un vestido que era completamente yo”.

Pero Inés Lacasa, hizo mucho más que un vestido de novia con el que Beatriz estaba espectacular, consiguió algo que está por encima del diseño y las puntadas como nos cuenta la propia Bea, “Mi abuela no podía venir a la boda e Inés sabe lo importante que es para mí. Nunca olvidaré cómo, en pleno agosto, se cruzó la Península para llevarme a Cádiz (donde veraneamos) mi vestido para que mi abuela me viera vestida de novia. Cómo dijo ella: vamos a llevarle a tu abuela un trocito de tu boda. Es una joya. Estaré eternamente agradecida por todo su cariño y dedicación”.

PELUQUERÍA y MAQUILLAJE DE NOVIA

Para el peinado de novia y maquillaje de boda, Beatriz confió en Cris y Estela de Dreams Espacio de Moda, una peluquería en Santoña. “Me las recomendó una amiga de la zona y fue un acierto total. No me suelo maquillar y ellas consiguieron darme la naturalidad que quería”, nos relata la novia. Como peinado de novia, Beatriz eligió llevar el pelo recogido. Para hacerlo, se decantó por la raya al lado en una coleta semitrenzada con un efecto de ondas muy naturales y unos ligeros mechones enmarcando el rostro que le daban un sutil efecto messy. Un peinado ideal que dejaba lucir su preciosa melena y con el que Beatriz estaba guapísima.

Para el maquillaje de novia, se escogió un maquillaje muy natural y transparente que potencia los bonitos rasgos de la novia, poniendo el ligero acento en ojos y labios. Para los ojos, sombras muy suaves y rimmel y eyeliner negros. Para los labios, un favorecedor tono frambuesa. Complementando el MUAH, una manicura de novia y pedicura en un tono rojo sangre maravilloso que creaba un fabuloso contraste con el tono del vestido de novia.

LAS JOYAS Y VELO DE NOVIA

Como Joyas, Beatriz lució ese día su anillo de pedida junto con unos pendientes y un adorno para el cabello. El anillo era la maravillosa pieza que Alfonso le regaló el día de la pedida. Con la ayuda de la hermana de Beatriz, replicaron una sortija antigua que pertenecía a la familia de la novia. Un anillo de oro y brillantes de aires Art Decó realmente precioso. Los pendientes eran un modelo de oro blanco y brillantes con tres elementos circulares superpuestos, que los padres de Beatriz habían regalado a su hermana el día de su boda y que, para esta ocasión, su hermana hizo lo mismo con ella.

El velo de novia era un velo sencillo de tul liso, sobre el cual lució, a modo de tocado, la espectacular pulsera de pedida de su bisabuela de oro blanco y brillantes, montada sobre una diadema y que combinaba a la perfección con todo el conjunto.

LOS ZAPATOS DE NOVIA

Los zapatos de novia elegidos fueron unas estilosas sandalias de terciopelo en tono garnet con tacón bloque modelo Magritte de Flor de Asoka. “Me los recomendó Inés asegurándome que eran los más cómodos del mundo y no le faltaba razón”, señala Beatriz, “siempre voy con zapatillas y ese día parecía que las llevaba puestas”. Como plan B, para estar todavía más cómoda en la fiesta, nos cuenta que se puso unas Converse blancas que le regaló Alfonso hace años y que prácticamente no se quita.

EL RAMO DE NOVIA

El ramo de novia fue un bouquet precioso obra de Eva y Goyo de Lafuente Floristas, una floristería en Santander fundada en 1880, casi siglo y medio de tradición familiar. El ramo estaba compuesto de la variedad inglesa de Rosas David Austin en color blanco que creaba un bonito contraste con el Senecio Marítima, de tono verde hielo, que las acompañaba.

EL TRAJE DE NOVIO

El traje de novio se compuso de un impecable chaqué gris marengo combinado con chaleco de lino verde oliva de Budiman, casa de sastrería y camisería situada en el distrito de Cuzco de Madrid. La corbata, un modelo clásico y elegante de Hermès regalo del padrino de Alfonso, la misma que utilizó también él el día de su boda. Completando el look, camisa clásica de caballero blanca y zapatos Oxford negros. Alfonso lució a su vez, el reloj de pedida regalo de los padres de Beatriz, un bonito modelo de Tag Heuer.

LOS PADRES DE LA NOVIA

Los padres de la novia iban perfectos para la ocasión. El padre y padrino, lució un chaqué clásico, de levita negra y pantalón listado, hecho a medida en una sastrería de Londres. Completando el chaqué, camisa blanca, chaleco amarillo pálido y una corbata azul petróleo con pequeños motivos. La madre de la novia, impresionante con un favorecedor y estiloso vestido de fiesta largo, también de satén y escote cruzado, en tono morado grisáceo oscuro, acompañado de levita beige adornada con flor de organza a tono en la solapa.

LA CEREMONIA DE LA BODA

La iglesia elegida para la boda fue Santa María de Bareyo, una preciosa iglesia de origen románico cuya construcción original data de finales de siglo XII y principios del XIII. Iglesia donde además se habían casado también años atrás los padres y tíos de Alfonso. “La iglesia es tan espectacular que decidimos únicamente decorarla con dos columnas, una a cada lado del altar”, nos cuenta la novia. Creadas por Lafuente Floristas, estas columnas estaban compuestas de hortensias, amaranthus, yedra, eucalipto, magnolio junto con diferentes tipos de elementos de tono verde que contrastaba con las gamas marsala y granates, ideales para el mes de octubre en el que se celebró la boda.

“Para el coro contamos con Scherzando. Era un cuarteto con soprano. Todavía recuerdo como se me puso la piel de gallina cuando los conocí en la boda de una amiga. No dude en elegirlos. Lucía es maravillosa. Te aconseja y acompaña en todo momento”, recuerda Beatriz. A la salida de la iglesia los tíos de Alfonso sorprendieron a los novios con un grupo de danzantes que bailaron para ellos bailes regionales cántabros. “Fue muy emocionante”, confiesa Beatriz.

EL COCHE DE NOVIOS

El coche de novios era un Hurtan, modelo Author Cabrio, bicolor en tonos beige. Un precioso coche de aire retro de la casa creada en España por Juan Hurtado en 1992. Con coches de marcado estilo retro pero tecnologías actuales, ha conseguido su objetivo, construir el coche de sus sueños inspirado en los coches de los años 50 y 60.

LOS FOTÓGRAFOS DE BODAS y VIDEÓGRAFOS

Los encargados de las fotos de la boda fueron el fantástico equipo de Elisa Abión de Música para Camaleones. “Los conocí porque la prima de mi mejor amiga los eligió para su boda. A ninguno nos gusta posar y ellos fueron increíbles. Estuvimos súper cómodos en todo momento e hicieron que nos olvidásemos de las cámaras”, recuerda Bea. Sus fotos tienen esa magia especial que traspasa la pantalla y que hacen revivir y acompañar los instantes que inmortalizan. Un reportaje maravilloso en el que es difícil seleccionar solo unas cuantas fotografías porque son todas preciosas. Para realizar el vídeo de la boda contaron con un amigo de Beatriz, JotaeLe Mayer. “Nos conocemos desde la universidad y no dudé en contar con él. El vídeo es espectacular. No sabría decir cuantas veces lo he visto”, nos cuenta la novia.

LA FINCA PARA BODAS

La posterior celebración de la boda fue en una preciosa casona que pertenece a la familia de Alfonso, “un sitio mágico”, nos comenta Bea. Solo hay que ver las fotos para apreciar que realmente lo es. Se trata de una construcción clásica en piedra, con elementos de enlucido y escudos de armas en la fachada, sumergida en un precioso y romántico jardín en la que la hiedra, buganvilla y otros elementos de la vegetación han ido trepando creando una estampa todavía más bonita y bucólica. Una auténtica maravilla.

EL BANQUETE DE LA BODA EN CANTABRIA

El aperitivo de la boda se realizó en el jardín de la finca. Se dispusieron mesas vestidas con manteles blancos y sillas de tijera, clásicas de jardín en el mismo tono. El impresionante y exuberante marco vegetal hacía que pocos elementos más fuesen necesarios. Del menú de la boda se encargó el Catering Oh là là con sede en Liencres. “Virginia es encantadora y tiene un equipazo. Estuvieron en todo momento pendientes de nosotros. La comida: un espectáculo. No hay persona de la boda que no lo haya comentado” nos explica Beatriz.

Las mesas de boda para el banquete se ubicaron en el jardín, bajo unas carpas abiertas. Se dispusieron tanto mesas redondas como rectangulares, todas ellas vestidas con mantelerías de tono beige. Sobre ellas, vajillas y cristalerías neutras que cedían el protagonismo a los bonitos centros florales. Los centros, en los tonos de los adornos de la iglesia también fueron obra de de Lafuente Floristas.

Los meseros y el seating de boda fueron un regalo de la tía de Beatriz, la ilustradora Sena Cifuentes. “Siempre me ha fascinado su trabajo y sabía que, con su creatividad, iba a hacer algo absolutamente espectacular. En lugar de enumerar cada mesero, decidimos que cada mesa iba a ser una letra del abecedario que se relacionaría con una forma mágica de viajar (nos encanta viajar): “A” de alfombra mágica, “G” de Globo, “E” de Elefante… El resultado fue inigualable”, nos cuenta la novia.

La caligrafía del seating, las minutas de los menús y el diseño de las invitaciones de boda fue todo obra de la hermana de la novia, Bonjour Blanche. Como nos describe Bea “Nadie lo habría hecho con tanta dedicación y cariño. Fue una de las cosas más especiales de la boda”. Un conjunto de elementos con un resultado espectacular.

FIN DE FIESTA Y LUNA DE MIEL

El baile de novios lo abrieron con You Never Can Tell de Chuck Berry. Para el viaje de novios, el destino elegido fue Uganda y Tanzania. “Hace un par de años nos recorrimos en coche Namibia y Botsuana con un grupo de amigos y nos enamoramos del continente. Cuando llegó el momento del viaje de novios no dudamos en repetir África”, concluye Bea.


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