Beatriz & Eduardo. La historia la escriben los valientes

14 Jul 2022 | SOCIEDAD

Corría el año 2011. Beatriz y Eduardo se conocieron del mismo modo en el que comienzan tantas historias de amor: presentados por amigos. Pero la suya no sería una historia más. Tras tantos años juntos, un día Eduardo sorprendió a Beatriz con la pregunta definitiva. La idea era celebrar la boda en el verano de 2020, pero la situación los obligó a posponerla un año.

Beatriz y Eduardo se casaron en el Monasterio de San Juan de Poio, la iglesia donde también lo habían hecho los padres de la novia y más miembros de su familia. Después, trasladaron la fiesta al Gran Hotel de La Toja. “Fuimos la primera vez al hotel y lo tuvimos claro, no buscamos más”, relata la novia.

El atelier en el que se haría el vestido era una decisión difícil. La novia decidió comenzar por Valenzuela, ya que varias amigas suyas se lo habían hecho allí. No tenía claro el diseño pero enseguida se convenció, “me encantó el trato, el diseño, el estilo… Guardamos un recuerdo muy especial de Cristina Valenzuela”.

LA NOVIA

Vestido: Valenzuela

Pendientes: joya familiar

Tocado: Marucca

Sandalias: Salo Madrid

Alpargatas: Beyonas

Ramo: Magdalena Salá

Peinado y maquillaje: Beatriz Pintos

 

EL NOVIO

Chaqué y camisa a medida: Bere Casillas

Corbata: regalo de la madre de Eduardo

Zapatos Oxford: Meermin Shoes

Gemelos: regalo de la abuela de Eduardo

Las invitaciones las realizó InvitArte y de la decoración floral se encargó Índigo. Durante la ceremonia sonaron los Musiclásicos, un grupo recomendado por unos amigos de la pareja.

“La entrada a la iglesia fue emocionante con la música de fondo, ¡algunos invitados no se creían que fuese música en directo de lo bien que sonaba!”.

Para aamenizar el banquete confiaron en R Música Djs. La canción de entrada al comedor fue Rise Up, de Yves Larock, y la del primer baile fue Venezia, de Hombres G.

Los novios repartieron tres ramos tras el banquete: al hermano de Eduardo y a dos amigas íntimas. “Fue un momento muy divertido porque una de ellas no estaba en ese momento en su mesa y todo el mundo se puso a corear su nombre hasta que apareció”.

Durante el postre el hermano de la novia y un amigo se animaron a decir unas palabras recordando anécdotas de los recién casados durante sus años como novios: “fue muy emocionante”, recuerda Beatriz.

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