Paula & Ramón. La victoria de un gran equipo
La historia de Paula y Ramón comienza de un modo en el que todo suele salir bien: por casualidad. Tras una cena entre amigos en Sanxenxo, en la que no pararon de hablar, no volvieron a verse. Pero, meses más tarde, el destino (o los amigos en común) los volvió a unir. Lo que había surgido la primera vez que se vieron, a la segunda no lo dejaron escapar.
Después de años de relación, por fin dieron el paso. Y fue, una vez más, en Sanxenxo. Ella había salido a correr. A su vuelta, él la estaba esperando con el anillo. Inesperado, sorprendente y muy romántico. Tras ese día, tuvieron una pedida íntima con sus familias: “como regalo de compromiso me regaló un cinquillo, sabía que no quería el típico solitario; yo le regalé un reloj Hamilton que llevó el día de la boda”, recuerda la novia. El vestido de la novia era de Clara Brea. En palabras de Paula:
“Visionó mi vestido el día que la conocí. No tuve dudas. Además, Clara transmite mucho positivismo y confianza, fue un proceso muy bonito y me sentí muy cómoda. Tras la comida, recogí la cola y —ya sin el velo— me coloqué una gasa alrededor del cuello que llegaba a los pies”.
Los zapatos, regalo de sus amigas, eran de Valentino. Después del baile los cambió por unas cuñas de Miboheme. El ramo era de El Olivo Garden. Y el peinado y maquillaje, de Patricia Sánchez Conde.
El novio eligió traje de Trajes Guzmán, corbata de Emidio Tucci y camisa de La Fábrica de las Camisas. Los gemelos que complementaban el look de Ramón eran un regalo y estaban personalizados con sus iniciales. También lució el reloj Hamilton, regalo de pedida.
Para la elección de las invitaciones contaron con la ayuda de una amiga: el diseño era en vertical con una flor minimalista en tonos grises y blancos, rodeada de un lazo gris de seda. “El resto de la papelería era en la misma línea, nos ayudó mi hermano” recuerda Paula.
Para la elección de las invitaciones contaron con la ayuda de una amiga: el diseño era en vertical con una flor minimalista en tonos grises y blancos, rodeada de un lazo gris de seda. “El resto de la papelería era en la misma línea, nos ayudó mi hermano” recuerda Paula.
La ceremonia tuvo lugar en la Basílica de San Vicente, en Ávila y fue oficiada por un amigo de la familia que les guió en todo momento y les facilitó el proceso. El grupo Meraki Dúo fue el encargado de interpretar la canción de entrada de Paula, Canon en re mayor de Pachelbel, una pieza que al novio le gusta mucho. A la salida de la ceremonia, la madre de la Paula los sorprendió con un grupo de gaiteiros.
La fiesta se celebró en la Dehesa de Pedrosillo, un lugar elegido por la belleza de la finca y por lo espectacular de sus vistas. Los novios llegaron en un coche descapotable de un amigo de Ramón. El catering corrió a cargo de La Chalota Catering, estuvo formado por un cóctel largo y dos platos en mesa. Como postre eligieron tarta árabe, la favorita del novio y Gratén de fresas y mascarpone. Además, hubo mesa dulce con gominolas, Bica de Trives, rosquillas y tartas de queso hechas por la abuela de la novia. “Todo voló”, afirman.
La decoración, de El Olivo Garden, era en tonos blancos y verdes, con hortensias y rosas, a juego con el ramo de la novia. Cada mesa iba numerada, pero también tenía una palabra en gallego con un significado especial para los novios, el cual explicaron a cada invitado con una carta. Tras la comida tocó el grupo La Tarara, de Sevilla.
“La última canción que tocaron fue Carolina de M-Clan, a Ramón y a mí nos encanta esa canción y salimos a cantar con ellos, fue un bonito cierre. Tras ello el Dj animó la fiesta, la gente se lo pasó genial”.
La canción para entrar en el banquete fue Madre Tierra, de Chayanne. El primer baile lo abrieron con Can’t falling in Love, de Elvis Presley. Durante la fiesta los invitados pudieron disfrutar del photocall de Photomaton Party y de un Beauty Corner.
La pareja regaló cuatro réplicas del ramo a tres amigas y a la hermana de Ramón, ya que todas se casaban tras la boda. Además, regalaron yemas de Santa Teresa, muy típicas de Ávila, y jabones naturales. Tras la boda, la pareja disfrutó de una luna de miel en Tanzania y Zanzíbar organizada por Kik Balanga.
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