© Pazo de Treilán /
Pazo de Treilán. El pasado y el esplendor de la antigua fábrica Sarry
A finales del siglo XIX, el curtidor vascofrancés Juan Sarry llegó a Sarria desde Bayona. Se casó en Treilán y construyó allí una curtiduría gracias a la abundancia de ganado, la proximidad a Lugo y Monforte, el agua de un regato que desciende del Monte de Santa Cristina hasta el río Celeiro (necesaria para el curtido) y —sobre todo— las ferias del entorno, que propiciaron su esplendor.
© Manu Díaz
© Pazo de Treilán
© Lutton Gant Photography
El gran impulso del negocio se dio a partir del año 1880, ya que la estación de tren de Sarria estaba muy cerca y facilitaba enormemente el acceso. La factoría, conocida como “Casa de Sarry”, se alza sobre una gran parcela de ocho mil metros cuadrados, con dos conjuntos de edificaciones diferenciadas, delimitados en parte por un muro de piedra.
Uno de los dos hijos de Juan Sarry, Santiago Sarry Valcarce, asumió con éxito el liderazgo de la empresa familiar. Cuando falleció, en 1936, dejó a sus hijos al frente de la industria, la cual experimentó momentos de relativo auge tras la guerra civil española. La competencia de las grandes empresas de curtidos y el hecho de que la mayor parte de los hijos de Santiago Sarry Valcárcel no tuvieran descendencia provocó la desaparición de la histórica fábrica en los años 50.
Las instalaciones permanecieron desiertas hasta su reciente adquisición, en 2016. En el verano del año siguiente reabrieron sus puertas bajo el nombre de Pazo de Treilán, recuperando así el bullicio de antaño en unas cocinas, habitaciones, jardines y salones capaces de albergar celebraciones de hasta 200 personas, ideales para organizar bodas, banquetes o cenas de empresa.
© Lutton Gant Photography
© Pazo de Treilán
Descubre otros lugares mágicos
¿Te gustaría que contáramos la tuya? ¡Escríbenos!
Presume de buen gusto compartiendo este artículo…