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Princesa María Anunciata de Liechtenstein y Emanuele Musini, el “sí, quiero” de cuento de hadas
Vinculada con gran parte de la realeza europea, la Princesa María Anunciata de Liechtenstein daba el “sí quiero” el pasado 4 de septiembre de 2021 junto al empresario Emanuele Musini. Hoy, con motivo de su aniversario de boda, repasamos la que sería una de las ceremonias “royals” más sofisticadas del año.
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Anunciata de Liechtenstein nació en Bruselas un 12 de mayo de 1985. La joven royal europea es hija del matrimonio real de Margarita de Luxemburgo y el príncipe Nicolás de Liechtenstein, dos importantes personajes en el tablero real del continente europeo. Conocida internacionalmente como una de las jóvenes aristócratas de mayor peso real, María Anunciata forma parte de la Familia Real belga, mientras que a su vez completa la extensa lista familiar que construye la realeza de Liechtenstein. Prima del príncipe Alois de Liechtenstein, sobrina del gran duque Enrique de Luxemburgo y nieta de la gran duquesa Carlota de Luxemburgo y, por tanto, prima de los reyes Felipe y Matilde de Bélgica, Anunciata nunca se vio frenada por ningún título; desde su más pronta juventud, fue una de las royals más cultas y curiosas del clan.
Pese a que su lugar de nacimiento fuera Bélgica, la vida de María Anunciata ha transcurrido por diferentes países europeos debido al cargo de su padre, que encadenó una extensa serie de puestos diplomáticos como embajador de Liechtenstein en Bélgica, en Suiza o en el Vaticano. De hecho, la buena relación de los Liechtenstein con la institución eclesiástica es tal, que la familia al completo hizo acto de presencia en el Vaticano en 2017 para visitar al Papa Francisco. En la actualidad, vive a caballo entre Liechtenstein e Italia, lugar de procedencia de su marido, Emanuele Musini.
Quién podría vaticinar que aquella pasión por el país mediterráneo la haría, tiempo después, celebrar nupcias con uno de sus apuestos vecinos. Lo cierto es que de la historia de María Anunciata y Emanuele poco se sabe. Pero de lo que todos han hablado desde siempre es de su longevidad, así como de la pasión, el romanticismo y la historia de cuento de hadas que los llevó a contraer matrimonio en la ciudad de Viena hace apenas un año. Una ceremonia ideada en 2019, cuando la pareja se comprometió, pero que tuvo que retrasarse dos años por la pandemia.
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Primero tuvo lugar una pequeña ceremonia civil en Italia, en la romántica villa familiar del novio, Tenuta di Fassia, en la zona de la Umbría. Donde reside su abuela, Elena Mancini, y que perteneció en el pasado a los príncipes de Rúspoli. Después continuaron sus nupcias en una segunda ceremonia, ahora sí por todo lo alto, en el caso antiguo de Viena. Esta segunda boda se celebró un 4 de septiembre, en la histórica Schottenkirche; una majestuosa iglesia de estilo barroco a pocos minutos del Palacio Imperial de Hofburg, antigua residencia de los Habsburgo. Este templo, fundado por monjes benedictinos irlandeses en el siglo XII, es considerado a día de hoy uno de los más hermosos de la capital.
La princesa de Liechtenstein recorrió su camino hacia el altar del brazo de su padre, el príncipe Nicolás, entre un sinfín de miradas. Para la ceremonia religiosa, Anunciata vistió un traje de Valentino Haute Couture creado especialmente para ella. Un diseño blanco con escote barco, ceñido al cuerpo y mucho volumen tanto en la falda como en las mangas. El modelo había sido ideado por Pierpaolo Piccioli y se completaba con un original velo corto bordado que iba prendido de la que, sin duda, fue la verdadera joya de la ceremonia: la tiara Fringe de los Habsburgo.
La tiara en cuestión, diseñada por el joyero vienés Kochert, fue un obsequio que el Archiduque Carlos Luis de Austria -hermano menor del emperador Francisco José- ofreció en 1873 como regalo de bodas a su tercera esposa, la infanta María Teresa de Portugal. No sería hasta 1903 cuando la Casa Real de Liechtenstein la heredase. Desde entonces, muchas mujeres asociadas a la familia la han lucido en diversas ceremonias. Inspirada en los kokoshnik rusos, está realizada en barras en forma de espiga con diamantes, como es habitual en las casas reales europeas. Una gran tiara con un especial significado además, ya que la portó la entonces recién fallecida princesa Marie en su boda con el príncipe heredero Hans Adam II, celebrada en 1967.
La ceremonia religiosa, como era de esperar debido al abolengo de la novia, reunió a príncipes y princesas de toda Europa y convirtió a la capital austríaca en epicentro social, en lo que fue uno de los grandes acontecimientos de la temporada. En las primeras filas se encontraban los padres y los tres hermanos de la novia, Leopoldo, María Astrid y José Manuel, así como su tío materno, el gran duque Enrique de Luxemburgo, y sus cinco primos hermanos. Tampoco faltaron algunas de las nuevas generaciones de royals europeos, como Beatrice Borromeo y Pierre Casiraghi, Ernst August y Ekaterina de Hannover o Christian y Alessandra de Hannover.
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Tras la misa, los recién casados ofrecieron un almuerzo en el Stadtpalais, el Palacio Urbano de los Liechtenstein, una de las dos propiedades que tiene la familia principesca en el casco histórico de la capital austríaca. Por la noche, se celebró una cena de gala en otra de las propiedades de la familia: el Palacio del Jardín, un edificio barroco del 1700 ubicado en el elegante barrio de Rossau. La velada, repleta de lujo y sofisticación, fue digna de la realeza europea.
Tras su primer año de matrimonio, y aún sin descendencia, la pareja sigue con su agenda habitual. Anunciata se dedica al mecenazgo de obras de arte para museos, y colabora con la editorial Cahiers d‘Art y en proyectos independientes entre París y Nueva York. Además, está vinculada a un proyecto de protección de niños y jóvenes relacionado con el deporte, donde unen fuerzas La Asociación de Fútbol de Liechtenstein (LFV) y el Comité Olímpico de Liechtenstein (LOC), del que es miembro de la junta directiva. Emanuele, por su parte, sigue al frente de su propia empresa, Pillo Health, que opera en el campo de la tecnología sanitaria entre Italia y Estados Unidos. Un proyecto inspirado en la fatal defunción de su padre y que funciona conectando pacientes con médicos y proporcionando recetas y tratamientos de forma segura.
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