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Rey Constantino II de Grecia y la princesa Ana María de Dinamarca, la última boda real griega 

17 Sep 2022 | REALEZA

La historia de amor entre los protagonistas de hoy nacería pronto, pero no sin antes verse rodeada de enfrentamientos familiares y una huida de Grecia por golpe de Estado. Con motivo de su 58 aniversario de boda, repasamos el último enlace de la entonces familia real griega.

Dieciocho años tenía Ana María Dagmar Ingrid de Dinamarca y Suecia cuando se coronó como la reina más joven de la historia de las monarquías europeas. Una mujer bella, de buen linaje y enamorada hasta el fin del que, un 18 de septiembre de 1964, se convirtió en su esposo, el entonces rey Constantino II de Grecia 

Ella era la menor de las tres hijas del rey Federico IX y la reina Ingrid, motivo por el que albergó el rango de princesa de Suecia. Su infancia transcurrió como la de cualquier otra princesa de la época, entre palacios, como Amalienborg, Graasten o Fredensborg y recepciones oficiales, sin dejar de lado una prestigiosa educación donde la princesa estudió hasta encontrar al amor de su vida, el heredero al trono heleno, el príncipe Constantino.  

Constantino, por su parte, era hijo del rey Pablo I de Grecia y Federica de Hannover. Pertenece a la Casa de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg, también llamada Casa de Glücksburg, una rama de la dinastía danesa de Oldenburg. Con una infancia difícil tras el exilio de la familia en Egipto y Sudáfrica, el príncipe volvería a Grecia para retomar sus estudios, primero en una escuela preparatoria, el Instituto Anavryta en Atenas, para, con posterioridad, entrar en las academias militares. Aunque lo más destacable de su juventud fue su buen bagaje en el terreno deportivo, donde elevó a la delegación griega de vela hasta el pódium durante los Juegos Olímpicos de Roma 1960. 

Beso pareja constantino

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La historia de estos amantes comenzó en 1959, cuando apenas Ana María alcanzaba los 13 años de edad, en un encuentro casual entre familias, ya que ambos resultaban ser primos a través de sus tatarabuelos, la reina Victoria de Inglaterra y el rey Christian IX de Dinamarca. Todo ocurrió durante una visita de estado de los monarcas helenos, junto al joven heredero de 19 años, a Dinamarca. Eso sí, el destino, como siempre caprichoso, no quería que esta fuese la única, ni la última ocasión en la que ambos se encontrarían en el mismo camino.

Los protagonistas se volvieron a ver dos años después, de nuevo, en Dinamarca, en 1961, en la boda de los duques de Kent. Entonces, el príncipe griego mostraría, esta vez sí, especial interés por la princesa danesa y así se lo hizo saber a esta. Una muchacha a la que, desde su primer encuentro, no dejaría de recordar y de la que se enamoró perdidamente tiempo después, tras verla en una fotografía de una notable revista de realeza bajo el titular “La princesa más bella del mundo”.

El flechazo sería mutuo y, con gran ayuda de su amigo, el entonces príncipe heredero Harald de Noruega, Constantino pudo verse en más de una ocasión a escondidas con Ana María. Él viajaba a Noruega bajo la cuartada de ver a su amigo Harald, mientras ella aprovechaba para pasar allí unos días con su institutriz.

PAREJA Costantino y Ana MariaJOVEN A

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PAREJA Costantino y Ana MariaJOVEN B

Una historia de cartas y encuentros que culminó en la boda en Atenas de Juan Carlos y Sofía el 14 de mayo de 1962. Constantino, tras estas nupcias, le pidió matrimonio  durante una de sus escapadas a Noruega. Un enlace que, en un primer momento el rey de Dinamarca negó por considerar que su hija era demasiado joven, pero al que, finalmente, accedió bajo la condición de que primero terminase sus estudios y cumpliese los 18 años. 

Y así fue hasta que, en una de sus escapadas furtivas en Suiza, un fotógrafo les tomó unas imágenes mientras paseaban cogidos de la mano. En cuanto estas se publicaron, no les quedó más remedio que reconocer de manera pública que estaban enamorados. A raíz de entonces su noviazgo fue motivo de interés y, sería en julio de 1964, cuando la feliz pareja comunicaría, a través de un comunicado oficial, su compromiso.  

La boda fue fijada para 1965 por la juventud de la novia, pero la muerte del rey Pablo en marzo de 1964 y el ascenso de Constantino al trono precipitó el enlace, que tuvo lugar el 18 de septiembre de ese año. Por entonces el heredero griego tan sólo tendría 23 años y la princesa Ana María sumaba apenas unas semanas en mayoría de edad, convirtiéndose así en el matrimonio real más joven de Europa.  

El monarca había llegado al trono siendo tan solo un adolescente y entre el pueblo heleno no era bien recibido. Se sentía una sensación de rechazo. No estaba, ni de lejos, preparado para reinar, más aún en un país cuya situación política era siempre convulsa, frágil y delicada. Además, Constantino no destacaba por ser un gran intelectual, mucho menos como diplomático. Más bien tenía imagen de playboy y juerguista. ¿La solución? Un lavado de imagen como sería la esplendorosa boda con la princesa danesa que, en poco tiempo, conquistó los corazones de los vecinos helenos. 

Funeral rey grecia

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Así, el 18 de septiembre llegó y la ilusión era máxima. La boda se celebró en la Catedral Metropolitana de Atenas, bajo el rito ortodoxo y oficiada por el arzobispo Crisóstomos. Un lugar decorado con el mejor de los gustos para la ocasión y que culminaría con la entrada de sus protagonistas. Primero, de la mano de su madre, la reina Federica, el ya rey Constantino II de Grecia, que bajaría de una encantadora carroza para, un par de minutos después, dejar paso a una hermosa princesa que, en ese mismo altar, se proclamaría reina. 

BODA REAL GRIEGA A

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BODA REAL GRIEGA B

La novia portó un elegante y sencillo vestido, inspirado en el siglo XVIII y realizado por el modista danés Jorgen Bender. Era un traje de corte imperio, líneas rectas, con mangas tres cuartos y escote barco. Un traje majestuoso que envolvía la figura de la royal y que, además, contó con dos elementos de gran valor emocional.

El velo, de encaje irlandés, era el mismo que había llevado su abuela materna, la princesa Margarita de Connaught. Así como la tiara, conocida como la “Khedive de Egipto”. Esta pieza estaba diseñada por Cartier y se llamaba así por ser el regalo que el Khedive de Egipto hizo a la princesa de Connaught por su boda.  

Salida carruaje boda real griega

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Ya convertidos en marido y mujer, el matrimonio se montó de nuevo en una carroza y recorrieron las principales calles de Atenas bajo una lluvia de pétalos de flores que entrelazaban los colores de la bandera griega y la danesa. Cientos de cañonazos, disparados desde el monte Lycabetos y desde buques del Pireo, anunciaron al mundo que Grecia tenía nueva reina.  

Su boda llenó al país de ilusión y optimismo y fue uno de los acontecimientos más relevantes de la época. Aunque está dicha apenas duraría tres años. Todo ocurrió un fatal 21 de abril de 1967, tras el nacimiento de su primogénita, Alexia, cuando los militares asaltaron el Palacio de Tatoi, era el conocido como Golpe de los coroneles. Fue entonces cuando Constantino inició un contragolpe que fracasaría y que conllevaría a la marcha de la familia real a Italia, en junio de 1973. 

Pareja real griega actualidad B

© Allan Warren

Pareja real griega actualidad B

Tras varios años de asedio italiano y la proclamación del estado de Grecia como república, la familia decidió trasladarse a Londres donde fueron acogidos bajo el paraguas protector de la familia real británica. Allí vivirían felizmente más de 45 años junto a sus cinco hijos, hasta que en 2013 retornaron hacia su añorada Grecia donde la feliz pareja celebró, justo un año después, sus bodas de oro junto a su círculo más cercano. 

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