Saleta & Nacho. Amor por destino
Se conocieron en la adolescencia, pero la vida separó sus caminos al llegar la edad de ir a la Universidad. La sorpresa del destino llegó hace cuatro años cuando, en la noche de Fin de Año, la vida los volvió a unir. A pesar de tener una relación a distancia, ya que Saleta trabaja en Galicia y Nacho en Madrid, sabían que su felicidad pasaba por sellar su amor para siempre.
P ara celebrar el acontecimiento del enlace la pareja decidió hacer una fiesta de pedida en el el Parador de Baiona, “yo le regalé a Nacho una cartera Montblanc y él a mí un anillo”. La novia lució los pendientes de su abuela paterna, fallecida cuando ella aún era muy pequeña por eso era muy especial tenerla presente de alguna manera en ese día.
LA NOVIA
Vestido: Pronovias
Alianzas: las de los abuelos paternos de la novia
Pendientes: joya familiar
Tocado: Charo López Atelier
Calzado: Just-Ene
Ramo: Rebeca Senra
Peinado y maquillaje: Martínez Estilistas
Joyas: pulsera de pedida de su madre
EL NOVIO
Traje, corbata, camisa y gemelos: In&Formal
Zapatos: Roberto Ley
Reloj: de su abuelo materno
DETALLES
Lugar: Iglesia de Nuestra Señora de la Antigua, Monforte
Organización: Rebeca Senra
Música: BlackGalicia
Coche: Volkswagen Beetle años 60
Lugar: Bodega Regina Viarum
Catering: Casa Grande de Nadela
Decoración y organización: Rebeca Senra
Grupo aperitivos: BlackGalicia
Grupo fiesta: Broken Peach
Canción entrada banquete: Best of you, de Foo Fighters
Primer baile: Dentro de ti, de Revolver
La madrina eligió traje de Boüret y zapatos de Farrutx. El padrino, traje de Frank Store. Los pajes iban vestidos de Labubé. El pañuelo de las arras era el que la abuela de la novia había usado en su boda, 60 años antes. La hermana de Nacho, Ana, fue quien les ayudó a organizar la boda. “Sin su ayuda no hubiéramos tenido la boda de nuestros sueños”, cuenta la novia; eligió un vestido de Lacroix, sandalias de Mascaró y pulsera de Cartier. Las invitaciones eran de Blueboho.
“Nos encargamos nosotros de convertir la invitación en una carta antigua procedente de la Toscana, compramos sellos italianos del siglo pasado y las lacramos y serigrafiamos una a una personalmente”.
La decoración corrió a cargo de Rebeca Senra; para la ocasión creó dos grandes estructuras de vegetación y flores a cada lado de la puerta de la iglesia, ramas de eucalipto en cada banco y centros de flores en el altar, en tonos rosados. La boda estaba ambientada en la Toscana, ya que fue allí donde Nacho le pidió matrimonio a Saleta. Para la decoración del salón se emplearon centros de mesa en tonos rosados. La mesa presidencial estaba situada bajo un árbol del que colgaban dos espectaculares lámparas de araña. La novia entregó el ramo a su prima Carla, “es para mí como una hermana”.
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